club kisoku
HONDARRIBIA - José Ángel Rial ostenta el sexto de Goshin, la técnica de karate orientada a la autodefensa, y además de dirigir los talleres que se imparten en Kisoku, ”siempre con la colaboración del Ayuntamiento”, es subdirector técnico de la Federación Española de Karate y director técnico de la Federación Vasca.
Este mismo sábado, acogerán en Kisoku un nuevo taller de autodefensa para mujeres. ¿Cómo y cúando surgió esta iniciativa?
-La idea surgió en el año 2007 y fue iniciativa de un grupo de madres cuyos hijos venían a Kisoku a practicar el karate y otras disciplinas, como el taekwondo. Había entre ellas una inquietud y una preocupación por su propia seguridad y unas ganas de poder aprender a defenderse en caso de una agresión. Así empezamos, y al ver la aceptación que tenía el proyecto, empezamos a programar talleres entre una tres veces al mes, de forma gratuita y según también la disponibilidad que tenía yo, por otros compromisos, para poder impartirlos.
¿Si llevan ya diez años con esto, señal evidente de que había y sigue habiendo una demanda, no?
-Así es. Cuando empezamos con los talleres, no había tantos episodios de violencia de género o agresiones sexuales, o más bien, seguramente, era un tema del que no se hablaba tanto y sobre el que no había la sensibilización social que hoy, por fortuna, sí tenemos. La realidad es que a cada taller de autodefensa femenina que hacemos siempre viene gente nueva. Algunas incluso repiten y vienen cuando pueden, según les cuadren en sus sábados, desde puntos como Bilbao, Vitoria, Bergara, Pamplona, San Juan de Luz, Biarritz... Y en algunos casos, hay mujeres que empezaron con estos taleres, se engancharon a la actividad del club y han llegado incluso a obtener el cinturón negro de Goshin.
¿Se imparten este tipo de talleres en otros puntos?¿Puede una mujer aprender, en sólo tres horas y media, a defenderse adecuadamente ante una posible agresión?
-Nuestros talleres son únicos en Euskadi y en el resto del Estado, que yo recuerde ahora, hay algunos que se imparten en Madrid, pero son de pago y el nuestro es el único que se hace de forma gratuita. ¿Si una mujer puede aprender a defenderse en tres horas y media? Es como andar en bici. En tres horas y media, les damos las nociones y técnicas básicas para poder hacerlo, pero evidentemente, se requiere una práctica. Por eso algunas de las participantes repiten o incluso se apuntan a las actividades de Kisoku.
¿Cómo enfocan el trabajo en estos talleres de autodefensa femenina?
-Trabajamos en dos vertientes. Una es la técnica, que citaba antes, que se puede aprender y hay que afianzar a base de práctica. Y otra, muy importante, es la vertiente psicológica. Aquí vienen algunas mujeres que han sido incluso víctimas de violencia de género o de agresiones sexuales. Hay que ver cómo llegan y cómo salen al cabo de un tiempo, empoderadas, con una mejora notable en su autoestima y con la capacidad técnica y de carácter para enfrentarse a lo que sea. Y eso viene de trabajar a la vez las dos facetas, la técnica y la psicológica. Es una satisfacción ver el resultado que tienen estos talleres y cómo a esas mujeres, en algunos casos, les cambia la vida.
¿Además de estos talleres, qué otras actividades ofrecen en Kisoku?
-En estos momentos tenemos a unas 125 personas practicando en grupos de karate para adultos y niños, en karate de defensa personal (Goshin), en defensa personal femenina, en taekwondo para adultos y en gimnasia de mantenimiento. La defensa personal y las artes marciales están en un momento álgido y estamos satisfechos con la marcha del club. Además, a las personas en desempleo les ofrecemos todas estas actividades de forma gratuita.
¿Qué ha supuesto para usted obtener hace poco el sexto dan de la técnica de karate Goshin?
-Para mí supone una satisfacción, por ver que a mi edad, con mucho trabajo, puedo seguir mejorando. Y además de ese desarrollo personal, encuentro mi mayor disfrute transmitiendo todo eso a la gente.